
La primera infancia es una de las
etapas más importantes en el desarrollo del ser humano. Durante estos primeros
años los niños no solo aprenden a hablar, caminar o interactuar con su
entorno, también comienzan a construir su identidad y gestionar sus emociones
y a establecer vínculos que influirán en su crecimiento personal social y
emocional.
Educar en esta etapa no se trata
únicamente de enseñar contenido académico. Implica acompañar con sensibilidad generando ambientes seguros, afectuosos y estimulantes que les permitan explorar,
jugar y aprender de manera libre. Cada gesto y cada palabra o actitud del docente
puede dejar una marca significativa en el niño.
Como estudiante del centro de
formación San Camilo, es una experiencia que ha sido motivadora y
enriquecedora. Contar con el apoyo de docentes comprometidos y tener la opción
de estudiar de manera virtual me ha permitido avanzar en mi formación, sin descuidar
mis responsabilidades ni renunciar a mis sueños.
Este proceso educativo me ha
enseñado que acompañar a un niño en sus primeros años no solo implica enseñar,
sino también escuchar, respetar y reconocer sus capacidades. He aprendido que
lo esencial muchas veces está en lo sencillo como una sonrisa, una mirada que
transmite confianza, un “lo hiciste muy bien” que fortalece su autoestima.
Escribo desde mi
experiencia como estudiante, convencido de que trabajar con la primera infancia
es contribuir al bienestar de toda la sociedad. Sigo aprendiendo cada día con dedicación,
porque tengo claro que educar es una labor de corazón, responsabilidad y
vocación.
Fabian Andres Diaz Imbachi.
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